Estas palabras forman parte del discurso que Lewis Mumford pronunció en 1955 en un Congreso sobre el papel del hombre en la transformación de la faz de la tierra. Su título es "El futuro abierto" y buena parte de los temas y preocupaciones que señalaba el pensador norteamericano hace sesenta años están presentes en las clases con mis alumnos de ciencias sociales, geografía e historia: los peligros de la energía nuclear, la fragilidad de la vida en el planeta, la contaminación atmosférica, la omnipresencia del automóvil en nuestra movilidad, la primacía del beneficio económico sobre la salud, las contradicciones de los avances tecnológicos, el infantilismo y consumismo de nuestras sociedades, la necesidad de cuidar nuestro aire, nuestros arroyos y nuestros ríos...
Para que podamos mirar con cierto optimismo ese futuro abierto, la reverencia tiene que ir ganándole terreno al desprecio por la vida. En este sentido, la educación puede ser una herramienta de gran valor.
[El discurso forma parte de la estupenda colección de Ensayos, interpretaciones y pronósticos que ha publicado recientemente la editorial Pepitas de calabaza].
Para Alfonso