viernes, 28 de enero de 2011

Los que de verdad te necesitan

     I.

     En los últimos tiempos, son muchas las personas -entre profesores, madres, padres, políticos...- que consideran que una enseñanza con grupos homogéneos mejora de forma considerable los rendimientos en las escuelas e institutos. Está claro que estas personas cuando hablan de rendimientos escolares suelen pensar especialmente en resultados académicos. En realidad, es el mismo argumento de siempre de los sectores conservadores de la sociedad: los niños con los niños, las niñas con las niñas; los listos con los listos, los torpes con los torpes; los nacionales con los nacionales, los emigrantes con los emigrantes; las clases medias-altas con las clases medias-altas y los pobres con los pobres... 
     Resulta curioso que personas progresistas defiendan también estos planteamientos, esgrimiendo que este tipo de prácticas favorecen tanto a los unos como a los otros. Seguramente ellos y sus hijos pertenecen a los unos.
     Corren malos tiempos para la enseñanza comprensiva e integradora y hay que seguir recordando a Ferrer Guardia y la Escuela Moderna con sus planteamientos de coeducación de sexos y de clases sociales; a Paul Robin, Sebastien Faure y la Ruche Populaire con su puesta en práctica de una educación integral; a León Tolstoi y su escuela campesina de Yasnaia Poliana; a Lorenzo Milani y la escuela de Barbiana que no olvidaba jamás a los últimos de la clase...
      
     II.


     El historiador Eric Hobsbawm presentó en la Universidad Centroeuropea de Budapest un discurso de apertura para el curso académico 1993-1994. En él explicaba a los estudiantes su concepción de la historia y el importante papel de los historiadores para desvelar falsos mitos étnicos, nacionales o de cualquier otro tipo y contribuir de esta manera a la construcción de sociedades más democráticas. Terminaba su discurso con estas palabras:

     "Esto es todo lo que deseaba decirles acerca del deber del historiador. Sin embargo, antes de terminar, me gustaría recordarles algo más. El hecho de ser estudiantes de esta universidad les convierte a ustedes en personas privilegiadas. Lo más probable es que, como alumnos que son de una institución ilustre y prestigiosa, gozarán, si así lo quieren, de una posición social destacada, tendrán mejores carreras y ganarán más dinero que otra gente, aunque nunca tanto como un próspero hombre de negocios. Lo que deseo recordarles es algo que me dijeron a mí cuando empecé a enseñar en la universidad. 'Aquellos por los que estás aquí -me dijo mi propio profesor- no son estudiantes tan brillantes como tú. Son estudiantes mediocres con mentes faltas de imaginación que se licencian sin pena ni gloria con un aprobado justito y cuyos exámenes dicen todos las mismas cosas. Los que son realmente buenos pueden cuidar de sí mismos, aunque disfrutarás enseñándoles. Pero son los otros los que de verdad te necesitan'.
     Esto es aplicable no sólo a la universidad, sino también al mundo. Los gobiernos, las economías, las escuelas, todo lo que forma parte de la sociedad, no existe para beneficio de unas minorías privilegiadas. Estamos capacitados para cuidar de nosotros mismos. Existe por el bien de las personas comunes y corrientes, que no son especialmente inteligentes ni interesantes (a menos, claro está, a que nos enamoremos de una de ellas), ni tienen demasiada cultura, ni demasiado éxito ni parecen destinadas a tenerlo: en resumen, personas que no son nada del otro mundo. Existe por las personas que, a lo largo de la historia, sólo han entrado en ella como individuos con entidad propia al margen de las comunidades a las que pertenecían por la constancia que ha quedado de su paso en las actas de nacimiento, matrimonio y defunción. La única sociedad en la que merece la pena vivir es aquella que haya sido diseñada para ellos, no para los ricos, los inteligentes, los excepcionales, aunque esa sociedad en la que valga la pena vivir deba reservar un espacio y un margen de acción para dichas minorías. Sin embargo, el mundo no ha sido creado para nuestro disfrute personal ni hemos venido a él por tal motivo. Un mundo que pretenda que esa es su razón de ser no es un buen mundo ni debería de ser un mundo perdurable".
      
 

martes, 18 de enero de 2011

Algunas cifras sobre analfabetismo y exclusión social

     Analfabetismo

     En España: 800.000 personas, según el INE. Según otras fuentes, 2.000.000
     En Estados Unidos: más de 9.000.000
     En el Gran Londres: 579.000
     En la Unión Europea: más de 9.000.000


     Exclusión social:

     En Andalucía: 321.000 personas sin ningún tipo de cobertura según los sindicatos.


(Las cifras sobre analfabetismo las he tomado del último número de la revista El viejo topo publicado este mes de enero. Los datos sobre exclusión social  en Andalucía aparecen hoy en Público, edición papel, p. 28)

jueves, 13 de enero de 2011

De saberes, enciclopedias, inventos y otros goces...

     I.

     Vicente Verdú en El País: "Es chocante. Cuando parecen más ignorantes los alumnos y las escuelas se hallan en franco descrédito, la gente no cesa de querer saber. ¿Una consecuencia de que institucionalmente no les enseñaron nada? Puede ser. El hecho clamoroso es que jamás habían logrado más éxito las obras orientadas a suplir las lagunas históricas, matemáticas o filosóficas, y los libros con aportaciones para completar el conocimiento sobre los egipcios, los romanos o los hombres de las cavernas se convierten en best sellers junto a los opúsculos sobre Sócrates, Platón, la ética o el hedonismo, las matemáticas o el misterio de los números.
     De esta popular demanda de saber no es una consecuencia sino su colofón la Wikipedia y los diversos sitios en la Red donde se responde a las preguntas de las masas tenidas por ignorantes, suspendidas en el colegio, expulsadas de los institutos, fatalmente maleducadas." (Artículo completo)

     II. 

     El filósofo y poeta Jorge Riechmann habla en Córdoba sobre "Lo sencillo es hermoso. Tecnologías avanzadas en una sociedad compleja" y termina su exposición con un poema de Hans Magnus Enzensberger, LO SIMPLE QUE ES DIFICIL DE INVENTAR:
 
"Nada tengo contra el microprocesador/ pero ¿cómo estaríamos sin agua?/ ¿Qué es una sonda de Júpiter/ comparada con el cerebro de una mosca?/ ¡Cómo se esfuerzan/ esos ratones de laboratorio con la clonación!/ Mucho mejor es follar./ ¡Y el diente de león sobre todo,/ cómo se lo monta:/ graciosa/ elegancia insuperable!/ Nunca en la vida,/ queridos premios Nobel,/ reconocedlo/ habríais inventado nada así."

lunes, 10 de enero de 2011

Educación sexual

                                                                                               Para José B.

Enero de 2011.

     El Papa Benedicto XVI, durante un encuentro con los embajadores en el Vaticano, arremete contra los países que en sus escuelas obligan a los adolescentes y jóvenes a estudiar educación sexual, considerando que el laicismo y una determinada educación ciudadana constituyen "otra amenaza a la libertad religiosa de las familias en algunos países europeos, donde se ha impuesto la participación a cursos de educación sexual o cívica que transmiten una concepción de la persona y de la vida pretendidamente neutra, pero que en realidad reflejan una antropología contraria a la fe y a la justa razón". (El País)

Un siglo antes, en 1911...

     La anarquista rusa Emma Goldman redactó una conferencia sobre la importancia social de la Escuela Moderna. En ella, dedica un breve capítulo a la educación sexual donde critica con dureza a los puritanos y moralistas que hacen del sexo algo sucio y oscuro que debe permanecer alejado de los espacios de educación pública:
 
     "Un sistema educativo que se niega a ver en el joven el desarrollo y crecimiento de una personalidad, una mente independiente y lo saludable de un desarrollo corporal libre, ciertamente no admitirá la necesidad de reconocoer las fases de la sexualidad en el niño. Los niños y los adolescentes tienen sus propios sueños, sus vagos presentimientos del impulso sexual. Los sentidos se abren poco a poco como los pétalos de un capullo, la cercanía de la madurez sexual realza las sensibilidades e intensifica las emociones. Nuevas visiones, fantásticos cuadros, aventuras coloristas se siguen unas a otras en una veloz procesión ante el despertar sexual del niño. Es aceptado por todos los psicólogos sexuales que la adolescencia es el más sensible y susceptible período para las más fantasiosas y poéticas inusuales impresiones. El fulgor de la juventud -¡ay, de duración tan breve!- se encuentra estrechamente vinculado al despertar del erotismo. Es el periodo en que las ideas y los ideales, los propósitos y las motivaciones, comienzan a formarse en el pecho del ser humano; (...)
     
     Los puritanos y los moralistas no dejan nada sin hacer para echar a perder y manchar este mágico período. El niño no debe reconocer su propia personalidad, y mucho menos ser consciente de su propia fuerza sexual. Los puritanos levantan un alto muro alrededor de este gran factor humano; ni un rayo de luz se permite penetrar a través de la conspiración del silencio. El mantener al niño en la ignorancia en todas las cuestiones del sexo es considerado por los educadores como una especie de deber moral. Las manifestaciones sexuales son tratadas como si condujeran al crimen, a pesar de que los puritanos y los moralistas, más que nadie por experiencia personal, saben que el sexo es un factor fundamental. No obstante, ellos continúan desterrando todo aquello que pudiera aliviar la atormentada mente y alma del niño, que pudiera liberarlo del temor y la ansiedad.
     (...)
     Los defensores del puritanismo, de la moralidad, del actual sistema educativo, sólo han tenido éxito haciendo la vida más reducida, pobre, y más desdeñable -y, ¿qué persona preclara puede tolerar tales ultrajes?"

(En Emma Goldman: La palabra como arma, Tierra de Fuego y La Malatesta editorial, 2008; la cita en pp. 190-191 y 193).