Gemma Galdón Clavell, investigadora en seguridad y espacio público en el Instituto de Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma de Barcelona, escribe unas columnas en el diario Público sobre el delirio securitario que inunda el mundo actual, sobre los miedos reales e inventados, la privatización y reglamentación continuada de los espacios públicos y sobre la obsesión por la seguridad y la videovigilancia. De su columna de hoy, sobre la incertidumbre, extraigo el siguiente texto:
"Sea por lo que fuere, en nuestra creciente animadversión a la incertidumbre propia y de los que tenemos cerca, parecemos haber perdido la capacidad de valorar qué es lo que constituye o no peligro, y mientras instalamos videovigilancia en las escuelas, y tornos para controlar las entradas y salidas en los institutos, alegando una poco justificable preocupación por la seguridad, recogemos a los alumnos en coche sin pensar ni un segundo que éso constituye el mayor riesgo objetivo al que les expondremos en todo el día.
Y así, buscando escapar de la incertidumbre, nos lanzamos a 120 km/h por la carretera de la autocomplacencia. Y aún así, llegamos a casa sanos y salvos. Igual que ayer. Igual que mañana."
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