jueves, 18 de marzo de 2010

El anarquismo y la reforma de las costumbres

Los anarquistas han insistido siempre en que su Idea, el anarquismo, es sobre todo una forma de vivir, una nueva manera de estar en el mundo. De ahí la importancia que para ellos tiene la propaganda de una nueva moral y la práctica de unos nuevos valores. En las primeras décadas del siglo XX, los obreros conscientes del anarquismo lucharon, no siempre con éxito, por desterrar viejas tradiciones y reformar unas costumbres que ellos consideraban caducas y salvajes. Muchos de estos anarquistas conscientes rechazaban los juegos de azar, se abstenían de fumar y de beber alcohol, practicaban el naturismo y el vegetarianismo, así como defendían el respeto a todos los seres vivos.
Estos días se debate en España acerca de la legitimidad de las corridas de toros, sobre el sufrimiento de estos animales y sobre la conveniencia o no de prohibir esta práctica. Pues bien, a comienzos del siglo XX, en el reglamento de la sociedad obrera de Albendín (aldea de la provincia de Córdoba) se aseguraba que son objetivos de la sociedad: "la protección de la mujer, del niño, del anciano, de los árboles y de los animales... y combatir enérgicamente el bárbaro espectáculo de los toros y de las riñas de gallos y cualquier otro que pueda herir los sentimientos humanos". (Extracto recogido por Juan Díaz del Moral en su imprescindible obra Historia de las agitaciones campesinas andaluzas)

jueves, 11 de marzo de 2010

Frank Mintz: los trabajadores y el cambio social libertario. ¡Por la jubilación a los 60 años!

El historiador Frank Mintz, autor de numerosos escritos sobre el movimiento anarquista, explica en el siguiente vídeo los sueños de cambio social que tenían los trabajadores españoles cuando se proclamó la II República en 1931, así como sus lentos procesos de experimentación y aprendizaje para la construcción de alternativas en un sentido libertario, que desembocaron en la revolución de 1936: supresión de talleres insalubres, ocupación de latifundios, cooperativas, bonos sindicales para comedores, supresión de la moneda, medidas educativas, jubilación a partir de los sesenta años...

 

lunes, 8 de marzo de 2010

Mujeres Libres

Entre 1936 y 1937, después de algunos años de organización y trabajo intenso, surgió formalmente en España la organización libertaria Mujeres Libres. El grupo de mujeres que la formó procedía del mundo anarcosindicalista y consideró muy necesario crear una organización propia que tratara los problemas específicos que afectaban a las mujeres. Una organización que, desde la autonomía, se consideraba hermana de las otras organizaciones anarquistas y que entendía su lucha -la liberación femenina- como una lucha paralela a la de los obreros -liberación de clase-. Mujeres Libres situaba su lucha en el marco global de la lucha contra todas las formas de dominación que el sistema capitalista impone a los seres humanos.

En las relaciones hombre-mujer, podemos apreciar uno de los puntos débiles de la práctica anarquista. Si bien es verdad que los pensadores anarquistas insistieron en la igualdad de derechos y obligaciones entre ambos sexos y otorgaron una importancia pareja a hombres y mujeres en el desarrolo revolucionario, lo cierto es que en la práctica los militantes anarquistas dejaron mucho que desear en el trato que dieron a las mujeres y en la forma en que se relacionaron con ellas. La politóloga norteamericana Martha A. Ackelsberg recoge en su libro sobre Mujeres Libres (Mujeres Libres. El anarquismo y la lucha por la emancipación de las mujeres) numerosos testimonios de mujeres anarquistas que ponen de manifiesto cómo sus compañeros varones no siempre las trataron con respeto ni como a sus iguales, a pesar de sus continuas loas a la tolerancia y la igualdad.

"Todos los compañeros, tan radicales en los cafés, en los sindicatos y hasta en los grupos [de FAI], suelen dejar en la puerta de su casa el ropaje de amantes de la liberación femenina y dentro se conducen con la compañera como vulgares 'maridos'."
Así se expresaba Lola Iturbe en 1935 desde las columnas del periódico Tierra y Libertad. En el mismo sentido, Carmen Mesa -de la que ya hicimos mención en una entrada anterior-nos advirtió durante una entrevista del machismo que imperaba en muchos sindicatos anarquistas durante los años treinta del pasado siglo:
"Porque machismo había en cantidad dentro de las ideas. En los medios libertarios no admitían a las mujeres, no, la mujer a la cocina, yo lo he oído a muchos compañeros muy radicales. Y ha ido la mujer a decir algo y le ha dicho 'tú a la cocina'. [...] Mira, la mujer idealista tiene que llevar dos luchas, la lucha por el Ideal y la lucha por deshacerse del yugo del hombre, del padre, del hermano o del compañero, por muy idealista que sea [...] Había muchos compañeros que trataban a su mujer como a una esclava, que pensaban que la mujer había nacido nada más que para tener hijos y para tener una cocina en condiciones. Así muchos militantes. Había otros que no, es verdad. E inclusive en el sindicato, yo a veces tenía que decir 'eh, compañeros, que soy una compañera, cuidadito'. Les tenía que parar los pies a militantes mismos, porque ya... o sea, te miraban como mujer y no como compañera y luchadora. No era general, pero había cantidad. O sea, que tenías que luchar en casa por tu libertad, la tenías que conquistar primero en tu casa, antes de conquistarla en ninguna otra parte."

Para combatir estas relaciones de dominación, Mujeres Libres quiso crear, en palabras de Ackelsberg, una organización dirigida por mujeres y para las mujeres, una organización consagrada a superar la subordinación de las mujeres en todas sus facetas, en el hogar, en el centro de trabajo o en el movimiento anarcosindicalista mismo. Los programas que desarrollaron (...) debían ser creados y llevados a la práctica por las mujeres, para las mujeres. Estos programas incluían clases para erradicar la ignorancia y  el analfabetismo, cursos de aprendizaje industrial y comercial, así como grupos de concienciación diseñados para capacitrar a las mujeres e influndirles el conocimiento y la confianza que necesitarían para participar como ciudadanas de pleno derecho en la sociedad revolucionaria. Estos programas debían ser organizados de modo federado y no jerárquico, y serían un ejemplo de las capacidades de las mujeres para obrar autónomamente con el objetivo de contribuir a la transformación social.

[El libro de Ackelsberg es el mejor libro que conozco sobre Mujeres Libres. Otros dos interesantes libros sobre el tema son : Mujeres Libres. Luchadoras Libertarias, con testimonios y fotos de sus protagonistas; Anarcofeminismo en España. La revista Mujeres Libres antes de la guerra civil, de Jesús María Montero Barrado. Ambos publicados por la Fundación Anselmo Lorenzo, aunque el primero creo que está agotado].  

domingo, 7 de marzo de 2010

Noam Chomsky: El poder que nadie ha elegido

Hoy puede leerse en el diario Público "El poder que nadie ha elegido", un artículo del intelectual norteamericano Noam Chomsky, un autor fundamental para entender los mecanismos políticos del mundo actual y, especialmente, el papel que juega Estados Unidos en el sistema global. Chomsky desvela el poder real de las multinacionales y de las instituciones financieras, que se han convertido en los verdaderos "arquitectos del poder", en los diseñadores de un sistema global que tiende cada vez más a concentrar el poder y la riqueza en menos manos, al mismo tiempo que se van socavando los sistemas democráticos.

De este pensador libertario pueden leerse muchos textos en la web. Dejo un enlace a Rebelión con varios de sus artículos y entrevistas.
 

Bakunin: De las facultades de pensar, de hablar y de rebelarse. De la igualdad y la educación de los niños

Miguel Bakunin es considerado, junto a Piotr Kropotkin, el padre del anarquismo y uno de sus pensadores más influyentes. No fue,sin embargo, un teórico alejado de las luchas sociales, sino todo lo contrario, un hombre de acción que participó en muchas de las revueltas y revoluciones acaecidas en la Europa del siglo XIX. De él ha escrito el historiador E. H. Carr que "sentía la llamada de la revolución en la sangre, de la misma manera que algunos hombres sienten dentro de sí la llamada del mar o de las montañas". Por ello su obra escrita está compuesta fundamentalmente por libros inacabados y fragmentos, siendo, sin embargo, una de las obras más creativas y lúcidas del pensamiento revolucionario y filosófico del siglo XIX.

De uno de esos trabajos inacabados, Consideraciones filosóficas sobre el fantasma divino, sobre el mundo real y sobre el hombre, transcribo las siguientes líneas sobre una cualidad que es tan importante desarrollar en el proceso educativo: la facultad de pensar y de hablar.

"El hombre no es el único animal inteligente sobre la tierra. Lejos de eso: la psicología comparada nos demuestra que no existe animal absolutamente desprovisto de inteligencia, y que, cuanto más se acerca una especie al hombre, por su organización y sobre todo por el desenvolvimiento de su cerebro, más se desarrolla su inteligencia y se eleva también. Pero sólo en el hombre llega a lo que se llama propiamente la facultad de pensar, es decir, de comparar, de separar y de combinar entre sí las representaciones de los objetos exteriores e interiores que nos son dadas por nuestros sentidos; de formarlos en grupos; después, de comparar y combinar entre sí esos grupos, que no son seres reales ya, sino nociones abstractas, formadas y clasificadas por el trabajo de nuestro espíritu y que, retenidas por nuestra memoria, otra facultad del cerebro, se convierten en el punto de partida o en la base de esas conclusiones que llamamos ideas (1). Todas esas funciones de nuestro cerebro habrían sido imposibles si el hombre no estuviera dotado de otra facultad complementaria e inseparable de la de pensar: de la facultad de incorporar y de fijar, por decirlo así, hasta en sus variaciones y sus modificaciones más finas y más complicadas, todas esas operaciones del espíritu, todos esos actos materiales del cerebro, por signos exteriores; si el hombre, en una palabra, no estuviese dotado de la facultad de hablar. Todos los demás animales tienen también un lenguaje, ¿quién lo duda?; pero lo mismo que su inteligencia no se eleva jamás por sobre las representaciones materiales, a lo sumo por encima de una comparación y combinación de esas representaciones entre sí, lo mismo su lenguaje, desprovisto de organización e incapaz de desenvolvimiento, sólo expresa reacciones o nociones materiales, nunca ideas. Puedo, pues, decir, sin temor a ser refutado, que, de todos los animales de esta tierra, sólo el hombre piensa y habla".

A estas dos facultades, la de pensar y la de hablar, unirá Bakunin en otros escritos (Dios y el Estado) otra facultad imprescindible de los seres humanos: la facultad, la necesidad de rebelarse.

De la extensísima nota (1) que escribe Bakunin extraigo los siguientes párrafos:

"... La facultad de pensar, como potencia formal, su grado y su naturaleza particular y, por decirlo así, individual en cada hombre, todo eso depende ante todo de la conformación más o menos feliz de su cerebro. Pero luego, esa facultad se consolida por la salud del cuerpo en primer lugar, por una buena higiene y por un buen alimento; después se desarrolla y se fortifica por un ejercicio racional, por la educación y por la instrucción, por la aplicación de los buenos métodos científicos, lo mismo que la fuerza y la destreza musculares del hombre se desarrollan por la gimnasia.
La naturaleza, ayudada principalmente por la organización viciosa de la sociedad, desgraciadamente, algunas veces crea idiotas, individuos humanos muy estúpidos; otras crea también hombres de genio. La inmensa mayoría de los seres humanos nacen iguales o más o menos iguales: no idénticos, sino equivalentes en el sentido de que, en cada uno, los defectos y las cualidades se compensan aproximadamente, de suerte que, considerados en conjunto, el uno vale lo que el otro. Es la educación la que produce las enormes diferencias que nos desesperan hoy. De donde saco esta conclusión: que, para establecer la igualdad entre los hombres, hay que establecerla absolutamente en la educación de los niños".

(He manejado la edición de La Piqueta de sus Obras Completas. La cita puede leerse en el tomo 3, pp. 194-196. En la entrada de "Bakunin" en la Wikipedia, pueden descargarse en formato pdf sus escritos Dios y el Estado y Estatismo y anarquía, dos de sus trabajos más difundidos).